¿Qué gastos corresponden al propietario y cuáles al inquilino?
Al alquilar una vivienda en Tenerife (o en cualquier lugar de España), es muy común que surjan dudas sobre quién debe asumir qué gastos: ¿qué paga el propietario? ¿qué corresponde al inquilino? Tenerlo claro desde el principio no solo ayuda a evitar conflictos, sino que permite establecer un contrato transparente y justo para ambas partes. Aquí te explicamos las claves para entenderlo bien.
Gastos que corresponden al propietario
El propietario es responsable de los gastos estructurales y necesarios para conservar la vivienda en condiciones de habitabilidad. Esto incluye:
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Reparaciones necesarias por desgaste del tiempo: por ejemplo, problemas en la estructura, humedades por filtraciones, sustitución de electrodomésticos esenciales por antigüedad (no por mal uso), arreglos en fontanería o electricidad, etc.
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Gastos de comunidad (si no se ha pactado otra cosa en el contrato): el pago mensual al administrador del edificio, mantenimiento de ascensores, limpieza de zonas comunes y otros servicios comunitarios.
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IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles): es un impuesto anual que siempre corresponde al propietario, salvo que el contrato especifique de forma expresa que lo asume el inquilino (algo poco habitual).
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Seguro del hogar del propietario: cubrirá daños estructurales o a la vivienda en sí, aunque no las pertenencias del inquilino.
Gastos que corresponden al inquilino
El inquilino, por su parte, debe asumir los gastos derivados del uso diario y del mantenimiento ordinario de la vivienda. Estos son:
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Suministros básicos: luz, agua, gas, internet, teléfono, televisión por cable, etc. Aunque los contratos pueden variar, lo normal es que el inquilino ponga los suministros a su nombre y pague directamente sus consumos.
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Pequeñas reparaciones y mantenimiento por uso: cambiar bombillas, arreglar grifos que gotean, sustituir mandos, llaves, persianas descolgadas por uso diario, etc. Son pequeñas intervenciones necesarias por desgaste común.
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Seguro de responsabilidad civil (opcional, pero recomendable): para proteger sus propias pertenencias o cubrir daños que él mismo pueda causar en la vivienda.
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Tasas municipales relacionadas con el uso (como basura): en muchos municipios, estas tasas pueden repercutirse al inquilino si así se acuerda en el contrato.
Aspectos clave que se deben reflejar en el contrato
Aunque hay una base legal general, muchos gastos se pueden pactar entre las partes. Por eso es tan importante que el contrato de arrendamiento detalle de forma clara:
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Quién paga cada gasto (especialmente comunidad o tasas municipales).
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Qué reparaciones asume cada parte.
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Qué incluye exactamente el alquiler (por ejemplo, si hay servicios incluidos).
Si no se establece por escrito, prevalecerá lo que marca la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), pero lo mejor es siempre dejarlo claro para evitar malentendidos.
Conclusión
Alquilar una vivienda implica responsabilidades para ambas partes. Mientras el propietario debe asegurar que el inmueble esté en condiciones habitables y asumir los gastos estructurales, el inquilino se hace cargo de los consumos diarios y del mantenimiento básico. La comunicación clara y un contrato bien redactado son la clave para que ambas partes tengan claro qué les corresponde.
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